¿Qué son y para qué sirven?

Cómo las innovaciones en el campo de la tecnología doméstica están revolucionando poco a poco aspectos de la vida cotidiana es algo que se puede comprobar fácilmente con solo echar un vistazo a los objetos que nos rodean, como es el caso de las mejores planchas inalambricas.

De hecho, junto a la habitual plancha que todos tenemos en casa y estamos acostumbrados a usar, el modelo inalámbrico gana cada vez más aceptación.

Una plancha inalámbrica no es más que el ejemplo más llamativo de cómo la innovación también puede servir a aspectos de la vida cotidiana y de forma absolutamente positiva.

Una plancha inalámbrica, de hecho, además de tener obviamente todas las funciones de una clásica, también está equipada con ciertas ventajas y beneficios que se destacan principalmente durante el uso.

Planchar con mayor manejabilidad, sin tener el bulto y las limitaciones que conlleva el cable de carga, es sin duda una experiencia capaz de satisfacer a los millones de usuarios que día a día tienen que hacer las clásicas tareas del hogar.

¿Cómo usarlos?

Calentamiento

Lo primero que hay que hacer, antes de utilizar la plancha inalámbrica, es proceder a su preparación. En el caso de que hayas optado por un modelo con caldera, en primer lugar debes asegurarte de qué tipo de agua se debe introducir en el interior del depósito, hecho que se debe informar en el manual de instrucciones.

Una vez que haya comprobado este hecho y elegido la cantidad correcta de agua, todo lo que tiene que hacer es enchufarlo a la toma de corriente y esperar a que el agua y el plato se calienten: esto debería poder indicarse mediante indicadores luminosos o señales acústicas. .

Si, por el contrario, el modelo no dispone de caldera, basta con conectarlo a la toma de corriente y, de nuevo, esperar. Los tiempos en este sentido varían según la potencia que hayas elegido para tu plancha: a mayor potencia, más rápido se alcanzará la temperatura máxima.

La temperatura

Entre las características que hemos visto y que distinguen a cada modelo también está la regulación de la temperatura. Esta fase puede realizarse mediante botones especiales o con manivelas graduadas, que podrán indicar el nivel de calor que se puede alcanzar.

Este opcional es realmente muy importante, porque te permite tener una mayor seguridad en las prendas que deseas planchar. De hecho, cada tejido presenta, en la etiqueta correspondiente, la información relativa al método de planchado ideal y es un valor que debe respetarse para evitar daños en los tejidos o golpes ineficaces.

Planchado

Una vez que hayas esperado el tiempo debido y seleccionado la temperatura ideal para la prenda que tienes delante, solo te queda empezar a planchar. El acercamiento con un modelo inalámbrico, como los que hemos analizado, puede resultar bastante cansador al principio; de hecho, es necesario adaptar los tiempos de uno a los de la maquinaria y esto puede no ser fácil, al principio.

De hecho, la autonomía de una plancha de este tipo es de unos 30 segundos, un valor que varía según el modelo y que depende esencialmente de su potencia. Hablamos de autonomía porque, una vez transcurrido este tiempo, es necesario colocar la plancha sobre la base y esperar a que se recargue. Este valor también puede cambiar y varía de dos a diez segundos.

Para muchas prendas puede ocurrir que el tiempo necesario para planchar y reposicionar la prenda coincida con el tiempo de autonomía y recarga de la plancha; en otros casos, sin embargo, puede ser limitante, especialmente para sábanas o manteles, para los que 30 segundos pueden no ser suficientes.

Una vez que se familiarice con este aspecto, la fase de planchado continúa como de costumbre, con la gran ventaja de que la plancha puede moverse libremente sin la restricción del alambre.

Las placas pueden entonces tener la misma eficacia que los modelos clásicos, solo apunte a aquellas en cerámica, titanio o acero y formas bien formadas que permitan una buena precisión.

Guía de compras y características

Existen varios modelos de planchas sin cable disponibles en el mercado, cada uno perteneciente a su propia gama de compra, por ello conviene tener en cuenta las principales características que nos pueden hacer decantarnos por un modelo frente a otro.

Seguramente la primera peculiaridad a tener en cuenta es la relativa a la potencia.

Aunque las planchas inalámbricas disfrutan de tiempos de calentamiento del agua mucho más bajos que las planchas clásicas, no debemos olvidar que una mayor potencia se corresponde inevitablemente con una reducción de los tiempos y una mayor liberación de calor durante el planchado.

Estrechamente relacionado con el aspecto mencionado está el del control de la temperatura .

De hecho, muchas veces nos encontramos teniendo que planchar prendas de distintos tejidos y una temperatura excesivamente alta podría arruinar definitivamente nuestro vestido favorito.

Muchas planchas sin cable cuentan con un sencillo sistema de termorregulación por lo que se puede programar una temperatura diferente según el tejido que vayamos a planchar.

El material de la chapa de hierro es otra variable a tener en cuenta.

Básicamente la mejor elección es optar por una suela de acero inoxidable, cerámica o titanio , es decir, todos aquellos materiales que garantizan un planchado prácticamente perfecto y son más delicados en la superficie de la ropa.

Finalmente, una característica que podría ser vital para extender la vida útil de nuestra plancha, la opción de autolimpieza.

Como todas las planchas, incluso las inalámbricas están inevitablemente sujetas a la acumulación de calcio y/o residuos que a la larga podrían comprometer la propia plancha así como dañar nuestra ropa.

Por ello, muchos modelos cuentan con una opción de autolimpieza, que puede activarse con un simple clic, que utiliza filtros especiales para recoger todas las impurezas presentes en la plancha y eliminarlas a través de los residuos de agua de forma segura y automática.

 

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